- Derramar vino, buen destino; derramar sal, mala señal.
-
En la creencia popular se identifica el vino con la alegría, mientras que la sal se relaciona con los malos espíritus. Tanto que, en los pueblos, la gente sencilla, a modo de maleficio, echaba sal en las casas.
Diccionario de dichos y refranes. 2000.